Ya hemos hablado de los primeros tiempos de la Revolución
Francesa, y ahora nos adelantaremos
unos años más para analizar otro importante aspecto de este proceso histórico:
las llamadas “Guerras Revolucionarias”, que enfrentaron a Francia con las
principales monarquías europeas.
- Como saben, la Revolución Francesa es un gran hito en la historia, ya que que significó el quiebre más profundo hasta entonces visto en el poder absoluto de la monarquía, la irrupción de la burguesía en la política y el fin de los derechos feudales. Pero este fue un proceso local, que se daba en una Europa constituida por muchas otras monarquías de gran poder. La inevitable consecuencia fue una larga guerra entre los partidarios de uno y otro sistema de gobierno.
- En 1792 –tres años después del estallido de la Revolución Francesa- Austria declaró la guerra al gobierno francés. Poco después otros estados se sumaron formando una Primera Coalición (1792-1797) que estuvo integrada por Austria, Inglaterra, Prusia, España, las Provincias Unidas de los Países Bajos, el Reino de Cerdeña y el Reino de Nápoles.
- La Primera Coalición atacó a Francia desde varios frentes, invadiendo diversas regiones. A su vez, las fuerzas antirrevolucionarias protagonizaron rebeliones en el interior de Francia. Pronto se elevaron las sospechas de que el Rey Luis XVI era favorable a los enemigos, y la Asamblea Legislativa (principal órgano de gobierno por aquel entonces) suspendió las funciones constitucionales del rey.
A partir de entonces (entre 1792 y 1795) gobernó la Convención Nacional, una asamblea de carácter constituyente bajo el control de los Jacobinos, vinculados al sector de la baja burguesía (luego se instauraría el Comité de Salvación Pública como órgano de gobierno). Poco después Luis XVI fue ejecutado, lo que provocó la definitiva alarma de los demás países ante la radicalización de los franceses.
- El relativamente joven gobierno revolucionario debió hacer una profunda transformación en su ejército para hacer frente a la Guerra de la Primera Coalición. Se recurrió a métodos más drásticos: la llamada “guerra total”. Se hizo un reclutamiento en masa en todo el país en la que cada ciudadano era virtualmente un soldado y se estableció una economía de guerra y el racionamiento. El resultado fue un ejército nacional y popular.
Mientras la guerra avanzaba en el exterior, en el interior los conflictos políticos eran siempre virulentos. En 1794 se produjo un golpe de estado (llamado “Termidor”) que desplazó a los jacobinos del poder y ejecutó a sus principales líderes. La alta burguesía recobró nuevamente el control del gobierno, y a través de la Convención se sancionó la Constitución de 1795 que determinaba como poder ejecutivo un Directorio compuesto por 5 personas.
- Para 1797, Francia había conquistado amplios territorios: los Países Bajos, Renania, Suiza, Saboya, Liguria, algunas zonas de España y toda Italia. En estas campañas, el nuevo ejército había dado oportunidad de ascenso gracias al mérito. Uno de los jóvenes militares que se destacó gracias a sus victorias fue nada menos que Napoleón Bonaparte, quien habría de tomar prontamente las riendas de toda Francia.
ALONSO, ELIZALDE y VAZQUEZ. Historia. Europa moderna y América colonial.
HOBSBAWN, Eric. La era de la Revolución, 1789-1848.
Imágenes:
1.
Batalla de Wattignies en
wikipedia
2.
Napoleón en campaña en
1796, en wikipedia